Una coalición tarsal es una unión anormal que se desarrolla entre dos huesos en la parte posterior del pie (huesos del tarso). Esta unión anormal, que puede estar compuesta de hueso, cartílago o tejido fibroso, puede resultar en un movimiento limitado y dolor en uno o ambos pies.
Los huesos del tarso incluyen los huesos calcáneos (hueso del talón), del talus, navicular, cuboides y cuneiformes. Estos huesos trabajan entre sí para proporcionar el movimiento necesario para el funcionamiento normal del pie.
Causas
La coalición tarsal ocurre mayormente durante el desarrollo del feto y da como resultado una formación inadecuada de los huesos de la persona. Las causas menos comunes de la coalición tarsal incluyen infecciones, artritis o una lesión previa en el área.
La coalición tarsal ocurre mayormente durante el desarrollo del feto y da como resultado una formación inadecuada de los huesos de la persona. Las causas menos comunes de la coalición tarsal incluyen infecciones, artritis o una lesión previa en el área.
Aunque la mayoría de las personas que tienen una coalición tarsal nacen con este padecimiento, los síntomas generalmente no aparecen hasta que los huesos empiezan a endurecer, generalmente alrededor de los 9 a 16 años de edad. Algunas veces no existen síntomas durante la niñez. Sin embargo, el dolor y los síntomas se pueden presentar más adelante.
Los síntomas de la coalición tarsal pueden incluir una o más de las siguientes condiciones:
- Dolor (moderado a severo) al caminar o ponerse de pie
- Piernas cansadas o fatigadas
- Espasmos musculares en la pierna, haciendo que el pie gire hacia afuera al caminar
- Pie plano (en un pie o en ambos pies)
- Cojear
- Rigidez del pie y del tobillo
DiagnósticoEs difícil identificar una coalición tarsal hasta que los huesos de un niño empiezan a endurecerse. A veces no se descubre hasta la edad madura. El diagnóstico incluye obtener información acerca de la duración y el desarrollo de los síntomas así como un examen exhaustivo del pie y del tobillo. Los resultados de este examen serán diferentes según la gravedad y la ubicación de la coalición.
Además de examinar el pie, el Podólogo ordenará radiografías. También pueden requerirse estudios avanzados de imagen para evaluar plenamente la enfermedad.
Tratamiento no quirúrgico
El objetivo de un tratamiento no quirúrgico para una coalición tarsal es aliviar los síntomas y reducir el movimiento en la articulación afectada. Pueden usarse una o más de las siguientes opciones, dependiendo de la gravedad de la enfermedad y de la respuesta al tratamiento:
- Medicamentos orales. Los medicamentos antinflamatorios no esteroides (NSAID), tales como el ibuprofeno, pueden ayudan a reducir el dolor y la inflamación.
- Terapia física. La fisioterapia puede incluir masaje, ejercicios de rango de movimiento y terapia de ultrasonido.
- Inyecciones de esteroides. Una inyección de cortisona aplicada en la articulación afectada reduce la inflamación y el dolor. A veces es necesario aplicar más de una inyección.
- Dispositivos ortopédicos. Los dispositivos ortopédicos hechos a la medida pueden ser beneficiosos para distribuir el peso fuera de la articulación, limitar el movimiento en la articulación y aliviar el dolor.
- Inmovilización. A veces, el pie se inmoviliza para darle un descanso al área afectada. El pie se coloca en una escayola o en una bota de yeso y se usan muletas para evitar apoyar el peso sobre el pie.
- Inyección de anestesia. Puede aplicarse una inyección de anestesia en la pierna para relajar los espasmos antes de la inmovilización.
Si los síntomas del paciente no se alivian en forma adecuada con un tratamiento no quirúrgico, la cirugía es una opción. El especialista en pie y tobillo seleccionará el mejor procedimiento quirúrgico según la edad del paciente, su condición, los cambios en su artritis y su nivel de actividad.
Fuente: American College of Foot and Ankle Surgeons
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